“El mundo podría existir muy bien sin la literatura. E induso, sin el ombre”
Jean Pau y Sartre.
De entre todas las sutiles ventajas que tiene leer frecuentemente un libro podemos encontrar de entre ellas un incremento bastante elevado de la capacidad comunicativa debido a que, leer las obras de auténticos maestros en la lengua, nos descubre la verdadera esencia de, incluso, la palabra más basta mientras vivimos situaciones fantásticas junto a personajes de leyenda. Mientras nos enfrascamos en cualquier historia, atisbamos diferentes matices de la mente del autor: la crudeza, la emoción, la fascinación con que éste contemplaba su historia crecer, dándole forma a los distintos personajes sin apenas percatarse, y en todo este proceso, nos mostraba parte de su manera de pensar. Basado en esto me atrevo a pensar que la literatura une al autor y a sus lectores, además de a todas esas personas que entendemos mejor después de vivir la vida de ,por ejemplo: un ladrón, un proscrito, quizás un enamorado...
“Detesto la vulgaridad del realismo en la Literatura, Al que es capaz de llamarle pala a una pala, se le debería obligarle a usar una. Es lo único para lo que sirve...” Oscar Wilde.
Después de estas útiles funciones practicas, encontramos el simple gusto de vivir la vida fuera de nuestro mundo, en uno en el que todavía existen las muertes heroicas y las palabras más exquisitas para los sentimientos más puros.
Realmente, yo no le encuentro una única función a la literatura.
